domingo, 6 de septiembre de 2009

Nos abrimos a las grandes cuestiones de la vida

Hoy día, la necesidad de nuestro tiempo está en la necesidad de abrirse a lo esencial de la vida, a las cuestiones más fundamentales de nuestra vida que en muchos de nosotros aún están sin resolver. Es la necesidad de abrirse a buscar el verdadero sentido a la vida.

Este verano leía en el periódico un artículo que decía que la mayoría de las personas pasan más tiempo planeando sus vacaciones que pensando en las cosas verdaderamente importantes de sus vidas. Claro está que las vacaciones tienen una cierta importancia, sin embargo si uno busca una mayor profundidad en su vida se podría preguntar “¿Cuán importante es? ¿Cuán importante es esta cuestión entre las grandes cuestiones que afectan mi vida y la de mi familia?
Yo creo que todos aspiramos a una vida de mayor calidad, de mayor madurez, alcanzar un sentido más profundo a mi existir… personalmente pienso que la espiritualidad del cristianismo nos debiera llevar a esto. Pero sinceramente cuando uno observa un poco su actividad mental durante el día se da cuenta que las preocupaciones que le llevan el tiempo son cosas de menor importancia (imaginarse tener un monitor que hiciese una estadística de en que se centra mi pensar durante el día… uffff!! menudo susto!!). Muchas veces será cualquier problema, un agravio, una irritación, un malentendido, la ropa de otoño que necesito comprar, etc. Ayer en el telediario hablaban de que ahora en septiembre la gente le preocupa ponerse a dieta, matricularse en un gimnasio, etc. El entrenador decía: “Muchos se matriculan y vienen en septiembre, pero para octubre lo dejan”.

Cuando uno está en ello piensa que es lo verdaderamente importante… como por ejemplo el uniforme de los niños o el inicio de su colegio. Sin embargo, uno se puede preguntar honestamente ¿cuán importante es? Pues, cuando recuerde estas cuestiones de hoy en dos meses, ¿las consideraré importantes? Corremos el peligro de vivir en una sociedad de consumo que nos lleva a que en un mes estemos preocupados por otra cuestión que durará otro mes… y así sucesivamente. La imagen que me viene es el de las gallinas picoteando de todo pero no profundizando en nada importante y fundamental para la vida.

Optar por una vida espiritual nos ayuda a abrirnos a las grandes cuestiones de la vida. Por ejemplo: ¿cómo puedo mejorar mi relación con Dios? ¿me doy la oportunidad de disfrutar del momento presente? ¿estoy trabajando por ser la persona que deseo ser? ¿de que puedo estar agradecido hoy? ¿qué significa la felicidad para mi?

Os invitamos a que nos acompañes en el inicio de este nuevo curso e ir considerando aquello verdaderamente importante que nos conduzca a una mayor profundidad y madurez. Le vamos a pedir a Dios que nos ayude al comienzo de este curso a darle tiempo en la oración y meditación para pensar y dialogar con Él las cosas que verdaderamente me atañen.

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